¿Qué es la asertividad? Conoce esta poderosa herramienta.

Cuando iniciamos una conversación, la idea de transmitir nuestra idea, es nuestro principal objetivo; pero esto no siempre es posible ya que la asertividad es un componente de la comunicación poco conocido. A continuación, conoceremos en qué consiste y cuales son las claves para lograr un comportamiento asertivo que nos convierta en comunicadores eficaces.

Como entes sociales, los seres humanos, hemos desarrollado la capacidad de transmitir información por distintos medios; ya sea oral, escrita o incluso mediante el uso de señas, la comunicación siempre tiene tres elementos presentes: un emisor, un receptor y el canal o vía de transmisión; es en los dos primeros en los que la asertividad puede marcar la diferencia para lograr un acuerdo o conclusión positiva.

Sabiendo lo anterior, nos queda la pregunta concreta de ¿qué es la asertividad?; la respuesta por demás sencilla sería definirla como la capacidad o habilidad de comunicarnos expresando de forma clara y contundente nuestros puntos de vista sin agredir o menoscabar los puntos de vista o argumentos de los demás.

Pero el concepto de una comunicación asertiva, va mucho más allá del hecho de transmitir nuestros puntos de vista de forma respetuosa; la manifestación de las ideas, involucra componentes más personales del individuo, la autoestima, confianza y percepción positiva de la propia existencia son necesarias para que la asertividad se haga presente en un dialogo o conversación.

El lenguaje oral o hablado es apenas una parte del hecho comunicacional en sí, nuestro cuerpo transmite señales que en determinado momento pueden definir el resultado de una conversación; es entonces cuando el valor de la asertividad como método de expresión adquiere un valor significativo en los resultados que esperamos obtener.

Un comunicador asertivo es aquel que conjuga una actitud mental equilibrada con un lenguaje corporal en concordancia al mensaje que está emitiendo; si sus argumentos son rebatidos o desestimados, no se limitará a repetir incesantemente las mismas palabras, la confianza en si mismo, hará que pueda exponer su idea desde varios puntos de vista sin perder la calma; su mirada permanecerá fija en su interlocutor pero sus gestos serán conciliadores y respetará el espacio vital de la otra persona, si el nivel de confianza hace propicio el contacto físico, éste será breve y con la suficiente prudencia para acentuar algún momento importante en la conversación.

El ejemplo anterior, nos refleja un nivel de asertividad bastante desarrollado; sin embargo, las circunstancias de cada individuo varían, y muchas veces nos vemos inmersos en diversas variantes que pueden predisponernos a adoptar un estilo de comunicación distinto, la agresividad o pasividad son extremos que todos hemos adoptado en algún momento, pero de ninguna manera resulta el mas indicado para alcanzar nuestras metas.

Una buena manera de aprender a ser asertivo es situarse en el lugar de la otra persona, antes de iniciar un diálogo, conviene preguntarse qué motiva a la otra persona, cuales han sido sus experiencias y que importancia tiene para ella el tema en concreto del que vamos a hablar.

Lo anterior no es otra cosa que la empatía, que es uno de los componentes de la asertividad; ella viene a ser la capacidad de sentir y entender las emociones de otros, nos permite sintonizarnos con ellos y en consecuencia comunicarnos de manera más positiva; nuestro tono de voz, postura y palabras resultarán más naturales y convincentes si nos tomamos el tiempo de profundizar un poco en cómo es la otra persona.

Un punto importante a tener en cuenta cuando hablamos de asertividad es el entender que en las conversaciones pueden surgir desacuerdos y confrontaciones; pero el núcleo del ser asertivo no consiste en convencer o resultar ganador en ella, la idea central es que nuestro mensaje sea transmitido de forma clara pero sin violentar en ninguna forma a quien no está de acuerdo con nosotros.

SI ya sabemos cuales son los conceptos más relevantes de la asertividad, surge la pregunta: ¿cómo llevarla a la práctica?

La respuesta natural sería poner en práctica todo lo anteriormente leído; pero en ocasiones nos hace falta una pequeña ayuda para dar los primeros pasos; a continuación te mostraremos una serie de afirmaciones que puedes emplear para que el estilo de comunicación asertivo se haga presente con mayor frecuencia en tus conversaciones.

  • En lugar de decir: “No tienes razón, tus ideas no sirven para nada”

Puedes emplear: “No coincido contigo pero tenemos en común la intención de resolver este asunto”

  • Reemplaza la frase: “no quiero saber nada de ti”

Por: “en este momento necesito un tiempo para pensar a solas”

  • Si sientes el impulso de retirarte intempestivamente; respira profundo y fija tu atención en ese acto; en segundos tus niveles de adrenalina bajarán y te sentirás mas relajado.
  • Evita decir: “no te soporto cuando te comportas de esa forma”

Emplea en su lugar: “si actúas de esta manera resulta más positivo para todos”

  • Si necesitas afianzar tu punto de vista evita frase del tipo: “esto es así y punto”

Mejor es utilizar: “mi opinión es firme al respecto pero puedo escuchar tus argumentos”

Como puedes apreciar; defender un punto de vista o mostrar nuestro desacuerdo no tiene que ir de la mano con la agresividad o la imposición, antes, debemos echar mano de nuestra inteligencia emocional y capacidad de observación.

Para hacer de la asertividad un hábito constante, es necesario valorarse, se nos ha inculcado el valor de reconocer nuestros errores; algo que es absolutamente necesario para mejorar como personas, pero por el contrario, el valorarse y sentirse seguro de si mismo, muchas veces es visto como arrogancia o vanidad; pero lejos de ello, el apreciarnos y percibirnos de forma positiva es un acto beneficioso para nuestra salud emocional y física.

En conclusión, la asertividad, como herramienta de comunicación nos acerca a un entendimiento mas positivo y eficaz con las otras personas; cuando la empleamos, tenemos la posibilidad de relacionarnos con nuestros semejantes desde una posición mas relajada y clara lo que nos permite interpretar y analizar los distintos puntos de vista de una misma situación, logrando con ello fijar nuestras metas de una forma mas clara y efectiva.

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